El Banco de Buenas Prácticas, surge como ampliación de un primer trabajo que Fundación Mujeres realizó para el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz y la Diputación Foral de Álava a lo largo de 2002.

Esta primera incursión para la recogida de la información puso en evidencia la importancia y urgencia de sistematizar, centralizar y hacer públicas las experiencias que diferentes organismos (públicos y privados) venían desarrollando para afrontar la problemática de la violencia contra las mujeres.

A lo largo de 2006, Fundación Mujeres, desarrolló una Base de Datos en Web, que facilita el acceso a esas informaciones básicas en abierto, y que pretende convertirse en un instrumento de consulta y apoyo para todas aquellas personas que trabajan día a día con las mujeres víctimas de la violencia.

Esta Web, recopila legislación vigente, programas y servicios, que han demostrado su eficacia, tanto dentro como de fuera de nuestras fronteras.

Los ámbitos de actuación.

Uno de los selectores de la Base de Datos es el ámbito de actuación.

Así como inicialmente nos limitamos a recabar información sobre programas Europeos, con especial atención a España (ámbito local, autonómico, estatal), el nuevo formato de base de datos nos permitía ampliar con otras zonas geográficas, con especial atención a América Latina y África.

Una sección específica: las iniciativas de las organizaciones de mujeres.

Se incluyen bajo el épígrafe «ámbitos» las iniciativas de las organizaciones de mujeres ya que dado el retraso y lentitud histórica que ha caracterizado la respuesta estatal a la violencia de género, el movimiento de mujeres ha emprendido un largo y no pocas veces solitario camino en busca de soluciones. Esto ha llevado a las asociaciones de mujeres a impulsar, desarrollar e implementar sus propios programas y proyectos. Financiados inicialmente con recursos propios y posteriormente con cargo a 0,52% del IRPF (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales), así como con subvenciones europeas, estatales, autonómicas o recursos locales, ciertas asociaciones de mujeres han logrado con su esfuerzo y desde sus presupuestos feministas desarrollar programas que se han convertido en pioneros, emblemáticos y eficaces en la lucha contra la violencia de género. Tal es el caso, por ejemplo, del Centro de Atención, Recuperación y Reinserción para Mujeres Maltratadas dirigido y gestionado por la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, y de los Programas de servicios y asistencia a víctimas agredidas sexualmente, de la Federación de Asistencia a Mujeres Violadas.

Los programas estatales, autonómicos o locales en España.

Las leyes del ordenamiento español se han ido acomodado, como no podía ser de otra manera, al precepto básico constitucional de la igualdad de toda la ciudadanía frente a la ley, sin distinción de razas, credos religiosos o diferenciación de sexo (Art. 14 de la Constitución). Aunque eso no haya significado aún para las mujeres la igualdad real, es cierto que el Estado como tal y en mayor medida, las administraciones autonómicas y locales, han ido implementando medidas específicas que favorecen la igualdad de oportunidades.

Esta labor de corrección y transformación, vigente en toda Europa, implica la realización de todo tipo de cambios a través de nuevas leyes como:

  • Ley Sueca que prohíbe la compra de servicios sexuales.
  • Ley de Prevención de malos tratos y de protección a las mujeres maltratadas de Castilla-La Mancha.
  • Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género.

Se han realizado grandes y persistentes campañas de educación social en el más amplio sentido de la palabra, con fomento del debate público, se han difundido fundamentos de todo orden que han llevado a democracias avanzadas a introducir la igualdad entre personas de ambos sexos ante la ley como paradigma de progreso.

La coordinación de las administraciones locales se presenta como Buena Práctica

La Base de Datos, también se hace eco de experiencias que demuestran que, mientras más cercana a la ciudadanía se encuentre la administración, más eficaces son las medidas, tanto para la detección precoz como para ofrecer respuestas de urgencia y realizar seguimiento en los servicios, de cara a obtener buenos resultados en la lucha contra la violencia de género.

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