I will never be cut (Jamás seré mutilada)

  • Países donde se desarrolla: África
  • Ámbitos: africano,
  • Año de inicio: 2012
  • Promovido por:
  • Organizaciones asociadas:

    Christian Aid blog Global Development del diario inglés The Guardian.

Objetivos

El vídeo I will never be cut (Jamás seré mutilada) es un proyecto audiovisual que recoge la lucha de las jóvenes keniatas contra la mutilación genital femenina. De esta forma se pretende sensibilizar a la población con respecto a esta grave problemática social

Metodología

Realizado en colaboración con la organización Christian Aid y publicado por el blog Global Development del diario inglés The Guardian, ha recibido el reconocimiento internacional ganando el mejor documental y el premio “voz del público” de los Webby Awards.

El cortometraje recoge la historia de Gertrude, una niña de 15 años que se enfrenta a los condicionantes sociales y familiares para evitar la ablación, preservar su integridad física y acceder a la educación superior. Ella sueña con un futuro igualitario, con acabar con el ciclo de esta tradición y convertirse en un referente para otras mujeres y niñas de su comunidad.

La extirpación total o parcial de los genitales externos femeninos es una práctica ancestral que todavía está presente en el continente africano. Según estimaciones de UNICEF, entre 100 y 140 millones de mujeres y niñas del mundo han sido sometidas a alguna forma de mutilación genital. Este acto supone un atentado contra los derechos humanos a gran escala, es una muestra de la desigualdad de género y de la violencia ejercida contra las mujeres y las niñas.

Elementos para la consideración como Buena Práctica

El vídeo I will never be cut supone una iniciativa positiva de Buenas Prácticas que contribuye a la sensibilización de la sociedad ante el grave problema de la mutilación genital femenina. El cortometraje acerca al público a este drama de una forma novedosa. La historia narrada conmueve y sus argumentos convencen. El documental también visibiliza la importancia de grupos locales que trabajan con las comunidades para desterrar los mitos y estigmas que rodean esta práctica, ofreciendo alternativas y mediando con las familias. No es un vídeo trágico, sino una historia de cambio real, de esperanza.

 

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