Programa Zurekin

Objetivos:

Fortalecer la atención a las mujeres víctimas de violencia de género, evitar la victimización secundaria de las mismas, valorar el alcance que este acompañamiento integral en actuaciones judiciales tiene en las víctimas, así como determinar posibles políticas públicas en este sentido, dentro del ámbito de las competencias  de la Dirección de Justicia del Gobierno Vasco.

Metodología:

El acompañamiento es prestado por un equipo del Instituto de Reintegración Social de Euskadi (IRSE-EBI) compuesto por cinco personas, profesionales de las áreas de psicología, trabajo y educación social e infantil. Son las personas encargadas de minimizar el nivel de estrés que sufre la víctima, reconducir su situación adversa, y garantizar que su relación con las instancias públicas y judiciales sea óptima.

Al ser un programa piloto, se ha iniciado en los Juzgados de Bilbao, con miras a extenderlo, para 2021, a sedes judiciales de otras ciudades, tras la evaluación que se haga de la experiencia piloto. Se ha previsto su evaluación a mediados y finales del 2020.

El programa de acompañamiento contempla también, en su caso, la atención de los hijos e hijas de las mujeres víctimas, mientras que su madre, padre o responsable realiza las gestiones pertinentes en la sede judicial.
Además, cuando los y las menores sean también los protagonistas del proceso judicial, se realizará una evaluación psicosocial, que servirá de apoyo a la exploración que se realice por los equipos pertinentes en sede judicial (equipos psicosociales y unidades de valoración forense).
Servicio de Atención a la víctima:
Las mujeres atendidas por este servicio de atención a las víctimas (a través del número anónimo, confidencial y gratuito asignado 900 840 111), adscrito a la Dirección de Servicios sociales del Gobierno Vasco, son derivadas para el acompañamiento integral del que trata el programa.

Elementos para la consideración como Buena Práctica:

Este programa responde a la necesidad de la víctima de contar con un acompañamiento psicosocial para actuar ante las instancias judiciales, además de la asistencia jurídica a la que podrían tener opción.

Será una herramienta poderosa que ayudará a nivel emocional a la víctima,  así como a su empoderamiento para desenvolverse en las distintas etapas judiciales a las que tiene que asistir y donde tenga que testificar.

Previene la victimización secundaria de la mujer que ha sufrido violencia de género, pudiendo generar un estadio de confianza en las instituciones y en la justicia; además de proporcionar apoyo en la atención y asistencia de los y las hijas menores, que sean parte en el proceso o que se vean afectados directamente por el mismo hilo procesal.