Red Solidaria de Víctimas de Violencia de Género en las Universidades

Objetivos

El objetivo de la red es seguir los ejemplos de más éxito a nivel internacional, en especial, las universidades como Harvard, Wisconsin, Oxford, Colorado, etc. y visibilizar esta problemática que afecta tanto a la comunidad universitaria como a la sociedad en general, y en especial brindar apoyo a las víctimas.

Metodología

La Red Solidaria de Víctimas de Violencia de Género en las Universidades está compuesta por víctimas directas de esta violencia, en colaboración con víctimas de segundo orden y de personas que se solidarizan con las mismas. Las víctimas de acoso sexual de segundo orden son quienes son acosadas (con calumnias, difamaciones) a raíz de haberse solidarizado con las víctimas directas. Entre las víctimas de segundo orden están las que hicieron investigaciones sobre la violencia de género en las universidades españolas que llevó al Parlamento Español a aprobar en el 2007 la obligatoriedad de las Comisiones de Igualdad y los Protocolos de Violencia de Género en las Universidades.

La investigación internacional sobre la violencia de género muestra que las medidas institucionales por sí solas no consiguen prevenir el acoso y, por tanto, se necesita también crear otras vías. Una de ellas la constituyen las redes de apoyo entre iguales, como por ejemplo el programa PAVE (Promoting Awareness Victim Empowerment) de la Universidad de Wisconsin entre otros muchos ejemplos a nivel internacional.

Por ello, las participantes se ofrecen a escuchar y acompañar a cualquier persona que haya sufrido acoso y necesite apoyo, incluyendo también a las víctimas de segundo orden. Los contenidos de la red incluyen todos aquellos materiales que ayudan a visibilizar, difundir y crear debate en torno a la realidad de la violencia de género en las universidades como investigaciones internacionales sobre esta problemática y noticias de prensa relacionadas. Desde la red defienden un posicionamiento muy claro a favor de las víctimas y colectivos afines a este tema.

La metodología que se utiliza al tratar este tema es la comunicativa, muy reconocida a nivel internacional ya que permite dar voz a las personas tradicionalmente silenciadas, en este caso a las víctimas de violencia de género en las universidades. Esta metodología es la que ha seguido la única investigación de ciencias sociales y humanidades incluida en la lista de la Comisión Europea de 10 investigaciones de éxito en los Programas Marco de Investigación. De esta manera, esta red solidaria de víctimas tiene en cuenta en todo momento a las víctimas directas de la violencia de género en la Universidad, así como a las víctimas de segundo orden. Además, la metodología comunicativa precisa poner en diálogo a todas las personas o agentes implicados en una temática, desde las personas afectadas, agentes sociales, representantes políticos como científicos y científicas que trabajan en este ámbito.

Cuentan con el apoyo de personas implicadas en estos temas en diversas universidades españolas e internacionales. Por ejemplo, la responsable de la Oficina de Igualdad de la Universidad de Extremadura (Beatriz Muñoz), la doctora por Harvard, actual profesora de la Universidad de Barcelona (Marta Soler), que elaboró el borrador del primer protocolo contra la violencia de género en una universidad española, o personas de la oficina contra el asalto sexual de Harvard.

Las actividades que se llevan a cabo desde la red siguen los contenidos y la metodología propuestos. Así, se organizan actividades como congresos para dialogar entre los diferentes colectivos y representantes políticos. También participan en sesiones formativas como en actos públicos a favor de las víctimas de violencia de género en las universidades.

Elementos para la consideración como Buena Práctica

Esta red destaca por ser un recurso accesible a todas las víctimas que lo necesiten. Por otro lado, amplía su rango de actuación a las víctimas de segundo orden, lo que favorece que las personas que se han solidarizado con las víctimas de primer orden luego encuentren un refuerzo social y emocional necesario.

Además, ofrece la posibilidad a todas las víctimas de encontrar un espacio seguro, y de encontrar el apoyo y la comprensión de personas que han pasado por situaciones similares. Finalmente, da la posibilidad a las víctimas de ser agentes activos de ayuda después de haber sido receptoras de esa misma ayuda. Todo ello fomenta la autoestima y percepción de autoeficacia de las participantes.